El chef peruano continúa desafiando fronteras con OSSO, trayendo su pasión por la carne y la gastronomía a nuevas audiencias.
Renzo Garibaldi, propietario del reconocido restaurante OSSO, recientemente abierto en Bogotá, en entrevista con Revista Buen Gusto habló sobre su interés en el mercado colombiano, los retos que ha enfrentado al internacionalizar su marca y sus principales lecciones como empresario gastronómico.
¿Qué le llamó la atención del mercado colombiano para abrir OSSO en Bogotá?
La apuesta por Bogotá nace del deseo de seguir creciendo y expandiéndonos. Colombia es un país al que le tengo muchísimo cariño; he tenido la oportunidad de visitarlo varias veces y siempre he considerado a Bogotá como una capital gastronómica. El desarrollo que ha tenido la gastronomía colombiana en los últimos años es impresionante. Restaurantes como los de Álvaro Clavijo en El Chato, Leonor Espinosa con Leo, y otros grandes como Afluyen y Humo Negro están llevando la cocina colombiana a otro nivel. Queremos aprender de esa evolución y ser parte de esta nueva movida culinaria.
¿Cuáles han sido los principales retos que ha enfrentado al internacionalizar su marca?
Cada mercado tiene sus retos. Al llegar a un nuevo país, lo primero es adaptarse y entender sus particularidades. En Bogotá, por ejemplo, estamos en el proceso de «tropicalizar» nuestro producto para adecuarlo al paladar local. En cada lugar enfrentamos desafíos distintos, desde aprender sobre los hábitos de consumo hasta cómo publicitarnos. Un reto constante ha sido entender cómo funciona el boca a boca en algunos mercados y cómo la publicidad en otros. Cada experiencia nos ha brindado aprendizajes técnicos y financieros, pero sobre todo, nos ha enseñado cómo gestionar diferentes mercados.
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¿Qué lecciones ha aprendido como propietario de un negocio gastronómico en Latinoamérica?
Lo más importante que he aprendido es la relevancia de las relaciones. Más allá de los números o de la carne, la clave está en las personas con las que te asocias y trabajas. La base de cualquier negocio exitoso es la confianza y el trabajo en equipo. He aprendido que rodearte de personas que saben lo que hacen y a quienes les apasiona seguir desarrollándose es esencial. Es vital confiar en tu equipo, aprender de ellos y crear un ambiente donde todos compartan el mismo objetivo: hacer felices a los clientes.
¿Qué es lo más gratificante de dirigir un restaurante como OSSO?
Sin duda, lo más gratificante es ver a los comensales disfrutando. Pasar por el salón y ver a la gente feliz, disfrutando de la comida y del ambiente, es lo que más me llena. Al final del día, todo lo que hacemos es para crear esa experiencia, para que cada persona que venga a OSSO se sienta contenta y satisfecha.
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