Una historia de migración, éxito empresarial y ruptura familiar que dividió en dos una de las marcas más emblemáticas del pollo asado en la capital.
Lo que comenzó como una aventura migratoria en busca de una vida mejor, se convirtió en una de las historias más emblemáticas de la gastronomía popular bogotana. Surtidora de Aves, la tradicional pollería fundada en 1960 por los hermanos españoles Manuel y Saturnino Cimadevilla, marcó una época con su innovadora forma de preparar pollo al estilo europeo, adaptada luego a los sabores colombianos. Pero el éxito también trajo conflictos, y hoy, el legado de esa empresa se encuentra dividido entre dos marcas: Surtidora de Aves 22 y Compañía del Sabor.
La historia comenzó en 1935, cuando Manuel Cimadevilla llegó a Colombia huyendo de la crisis económica y la guerra en España. Tras pasar por Barranquilla, Puerto Berrío y Medellín, se estableció en Bogotá, donde fundó una panadería en los años 40. Su primer intento empresarial fue exitoso, pero una traición comercial lo llevó a cambiar de rumbo y, en 1951, incursionó en el negocio avícola con la venta de pollo crudo.
El verdadero hito ocurrió una tarde cualquiera, cuando decidió asar el pollo con una receta tradicional española. La respuesta del vecindario fue tan positiva que abandonaron la venta de pollo crudo y fundaron un asadero en el barrio Santa Fe. La receta evolucionó con el tiempo: del pan francés pasaron a la arepa, y luego incorporaron papa, plátano, ensaladas y guacamole, estableciendo una nueva forma de comer pollo asado en Bogotá.
Durante décadas, el negocio creció con la entrada de la segunda generación familiar y la formalización de la empresa como Surtidora de Aves 22, que llegó a tener 20 sucursales. Sin embargo, una falla temprana en el registro de la marca permitió que aparecieran más de 1.000 imitaciones por toda la ciudad. Aunque la familia emprendió una larga batalla legal, incluso ante el Consejo de Estado, no lograron proteger el nombre, que fue declarado genérico.
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La solución fue crear una nueva marca: Compañía del Sabor, la cual coexistió durante años con el nombre original. Pero en 2001, tras el fallecimiento de los fundadores y con la tercera generación ya involucrada, surgieron desacuerdos irreconciliables. La familia se dividió. Los herederos de Manuel Cimadevilla se quedaron con Compañía del Sabor y los de la familia González con Surtidora de Aves 22. Así nació una rivalidad comercial que aún persiste.
Actualmente, ambas marcas continúan en el mercado. Compañía del Sabor cuenta con ocho sucursales, una planta de producción y cerca de 100 empleados. No utilizan plataformas de domicilios, prefieren hacer las entregas directamente, como un gesto de respeto hacia sus clientes. La empresa está liderada por Margarita, hija de Manuel Cimadevilla.
Por su parte, Surtidora de Aves 22, ahora bajo el liderazgo del grupo González, mantiene su presencia con el mismo plato insignia: pollo asado con sabor a tradición. Las dos marcas, aunque separadas, son herederas de una misma historia: la de un migrante español que cambió la forma de comer pollo en Bogotá.
Hoy, más de 60 años después, el apellido Cimadevilla sigue siendo sinónimo de sabor, trabajo familiar y una historia que refleja tanto los logros como las fracturas de una empresa que nació en una cocina bogotana con acento español.
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