El icónico negocio, con más de 70 años de historia, busca superar su crisis financiera bajo la Ley 1116 de 2006.
La Pastelería Santa Elena, un referente de la repostería colombiana, ha iniciado un proceso de reorganización empresarial tras ser admitida por la Superintendencia de Sociedades. La decisión busca evitar su liquidación y permitir la recuperación del negocio en medio de dificultades económicas que se han intensificado en los últimos años.
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Fundada en 1952 por Elena Arango de Mejía, Santa Elena ha sido un símbolo de calidad y tradición en la panadería y repostería del país. Sus tortas, postres y panes artesanales han conquistado a generaciones de clientes, pero factores como la pandemia de COVID-19, la inflación y nuevas regulaciones fiscales han golpeado su estabilidad financiera.
Factores que llevaron a la crisis
Desde 2023, la empresa ha registrado una caída en sus ventas, agravada en 2024 por el aumento en los costos de producción. La Superintendencia de Sociedades señala que la entrada en vigencia del impuesto a los comestibles ultraprocesados industrialmente (ICUI) ha encarecido varios productos de su portafolio, afectando su competitividad.
Además, la inflación ha elevado los precios de insumos clave como harina, azúcar y productos lácteos, dificultando la rentabilidad del negocio. En este contexto, la compañía ha optado por acogerse a la Ley 1116 de 2006, un mecanismo que permite a las empresas renegociar sus deudas y reestructurar sus operaciones para garantizar su continuidad.
¿Qué implica el proceso de reorganización?
El proceso de reorganización empresarial es una herramienta legal diseñada para ayudar a compañías viables que atraviesan dificultades económicas. Su objetivo es evitar la liquidación y, en su lugar, facilitar acuerdos con acreedores y ajustes operativos que permitan superar la crisis y mantener la actividad.
Las empresas pueden acogerse a este mecanismo cuando enfrentan problemas de liquidez y no logran cumplir regularmente con sus obligaciones financieras. Entre las causas más comunes se encuentran la caída en las ventas, el aumento en los costos y situaciones económicas adversas.
El futuro de Santa Elena
Con este proceso, la pastelería busca proteger su legado y asegurar la continuidad de sus operaciones, evitando el cierre definitivo y preservando los empleos de sus colaboradores. Su reorganización será clave para definir el futuro de un negocio emblemático que enfrenta el reto de adaptarse a un entorno cada vez más exigente y cambiante en el sector gastronómico colombiano.
Fotos: Facebook Pastelería Santa Elena
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