Un espacio ambientado al mejor estilo de los años 20 nos dio la bienvenida esa noche. Tras subir las escaleras del edificio, y sonar el timbre, la puerta se abrió. Él, ataviado como lo hacen los bartenders clásicos, nos llevó a lo que sería la sala de estar de un apartamento. Allí nos preparó un primer coctel de color rubí, servido en una copa flauta, y nos dejó a la espera, mientras sonaban las melodías de viejas canciones de jazz y blues, provenientes de un tocadiscos moderno. Todo nos invitaba a sumergirnos en lo que iba a convertirse en una experiencia de coctelería clásica, en la clandestinidad del barrio Parkway de Bogotá.
Nuestra primera reacción fue la sorpresa. Sin saber nada acerca de lo que viviríamos fuimos poco a poco guiados por el anfitrión. En ese primer ambiente, rodeados de fotos antiguas, viajamos en el tiempo a una época prohibida de la historia de Estados Unidos, donde cualquier lugar tras la puerta de una lavandería, o en el sótano de una tienda de abarrotes, podía convertirse en el más apetecido de los bares, para aquellos que no se acogían a la Ley Seca que arbitrariamente el Estado les impuso.
Es así cómo descubrimos que nos encontrábamos en un auténtico speakeasy, un lugar que prometía una noche de diversión que iríamos descubriendo paso a paso. Tras tomarnos ese primer aperitivo, fuimos llevados a tres ambientes más, cada uno distinto al anterior, donde además de aprender sobre la época de “La Prohibición”, también nos fueron entregados los secretos mejor guardados de la coctelería clásica del siglo XX, mientras degustábamos algunas de estas creaciones.
No queremos ahondar en detalle en cada una de las experiencias de las que fuimos partícipes, pues como todo bar clandestino la magia está reservada solo para quienes se atreven a vivirla. Lo que sí podemos revelar es que la experiencia de The Lab Experience 202 es única en la ciudad. La ambientación, la música, el recorrido, los espacios, y el misterio detrás de cada puerta, son en realidad vehículos que nos transportaron décadas atrás a ese periodo histórico entre 1920 y 1933.
Una de las historias que se hicieron vívidas esa noche fue la del ‘Scofflaw’, palabra con la que identificaba a los que “burlaban la Ley” en aquella época, y que luego bautizaría un coctel que por muchos años estuvo desaparecido de los bares del mundo, pero que hoy vuelve a tomar fuerza. El ‘Scofflaw’ se sirvió por primera vez en el Harry’s bar en París, durante la época de la prohibición americana.
Se trata de la mezcla de Bourbon y Martini Extra Dry, zumo de limón, jugo de granada y un golpe de bitter, una preparación elegante que nos fue servida en una copa pompadour. Su color rojo intenso resaltaba en la barra, bajo las pocas luces que iluminaban aquel lugar escondido, donde la amplia carta gracias a la realidad aumentada se convierte en una ventana más para impresionar al visitante.
Tras 120 minutos de constante y permanente emoción, nos despedimos de este lugar. Sin duda una gran opción para celebrar una ocasión especial, para calentar motores en una noche de fin de semana, o simplemente para irse de cocteles algunas horas.
En The Lab Experience 202 se ofrecen dos alternativas. La experiencia completa que acabamos de relatar o la posibilidad de reservar un lugar en su acogedora barra, un espacio destinado para quien valora la coctelería de alto nivel.
Informes: @thelabexperience202
Diego Cruz Vega
@diego_cruz_vega
320 4217295