Hotel Alma, un destino para revitalizarse cerca de Villa de Leyva

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¿A quién no le seduce la idea de envolverse en la naturaleza, inhalar aire puro, escaparse de la rutina y revitalizar su espíritu en un entorno sostenible, relajante, sereno y ambientalmente responsable?

El Hotel Alma, en Tinjacá, Boyacá, así lo permite. Además de cumplir con su promesa de ser un refugio de descanso o de desconexión con la ciudad, allí se vive una experiencia verdadera de reconexión con el ser.

Porque Alma no es un proyecto hotelero cualquiera. Es un proyecto hotelero rigurosamente pensado. Y eso se nota desde la perfecta armonía con su entorno natural, que fusiona la arquitectura de lujo, el confort y la sofisticación, con la belleza de los paisajes desérticos que lo circundan.

Pero quizá lo más interesante de este destino no sea solo eso. Lo más interesante es que es un lugar con propósito. Un lugar coherente, integral, e íntegro, donde el servicio, la conciencia y la sostenibilidad importan. E importan mucho.

A tal punto, que la atención esmerada de su personal siempre supera las expectativas; que sus actividades enfocadas en el bienestar, suelen transformar la experiencia de los huéspedes en una conexión profunda con su interior; y que sus prácticas han contribuido a la protección, conservación y reforestación de los recursos naturales del territorio.

Una experiencia sostenible y transformadora

Hotel Alma, con su enfoque transformador, es la materialización del sueño de Leonor Osuna y Felipe Sardí, esposos y empresarios que visualizaron la posibilidad de crear algo único. Si bien, inicialmente, el proyecto pudo haber tomado la ruta de un desarrollo inmobiliario convencional, la determinación y complemento de ambos dio forma a la visión de un hotel que ofreciera algo más que una estadía.

La gestación del proyecto se extendió por cinco años, durante los cuales cada detalle fue cuidadosamente planificado y ejecutado. La obtención de licencias, la construcción de infraestructuras y la formación de un equipo comprometido, con pandemia a bordo, fueron solo algunos de los desafíos superados.

Desafíos que fueron mayores a los de cualquier otro proyecto semejante, porque desde un principio se determinó que la esencia de “Alma” estaría intrínsecamente vinculada a una idea de sostenibilidad transversal en cada rincón del hotel, desde la generación de energía a través de paneles solares hasta el tratamiento eficiente de aguas residuales, la separación de basura, la minimización de desperdicios, las medidas ecosostenibles en la construcción de las habitaciones que evitaron el uso de aires acondicionados o calefactores, así como la integración de prácticas ecoamigables en cada aspecto operativo.

Leonor Osuna y Felipe Sardí, fundadores Hotel Alma

De igual manera, el formar un equipo dispuesto a comprometerse con la filosofía planteada ha sido un reto constante. La tarea de educar al personal para que cada acción refleje la conciencia y responsabilidad ambiental ha representado un proceso continuo, pero fundamental para el éxito del proyecto, que se ha concebido no para ser un lugar de paso, sino para ser un catalizador para el desarrollo local y un modelo de prácticas sostenibles.

Sin embargo, es un proyecto no solo pensado para ser un negocio sostenible; es una invitación a un estilo de vida consciente y comprometido. La experiencia que allí se brinda es un relato completo que invita a reflexionar sobre el impacto de nuestras elecciones en el mundo que nos rodea. La filosofía del Hotel Alma busca inspirar a aquellos que buscan algo más profundo y significativo en su viaje.

Así, la conexión se convierte en un compromiso palpable. Hospedarse en el Hotel Alma de Tinjacá es tener la posibilidad de acceder a diversas experiencias, tan inolvidables como transformadores.

Desde participar en la siembra de árboles con una intención o propósito, hasta de conectarse con la naturaleza en caminatas guiadas o meditaciones, o de relajarse en un jacuzzi apreciando un imponente paisaje al atardecer.

Desde mirar las estrellas en un observatorio con telescopio de 14 pulgadas, hasta sentarse a leer en una hamaca un libro maravilloso, con interesantes reflexiones de vida, como Relatos para el Alma, cuyos ejemplares pueden adquirirse en las instalaciones del lugar.

La oferta de cuidados para el alma se complementa con sesiones de reiki, lectura del tarot con guía espiritual, clases de yoga, masajes relajantes y diferentes talleres de desarrollo personal que hacen parte de la programación del establecimiento.

Cómo es la gastronomía del Hotel Alma

Por su parte, la propuesta gastronómica del hotel es una extensión de su compromiso con la sostenibilidad y la conexión auténtica con la tierra.

Buena parte de los platos son preparados con ingredientes locales cultivados de manera sostenible, que no solo garantiza calidad culinaria, sino que también refuerza la coherencia del proyecto. La gestión eficiente de inventarios minimiza desperdicios, y contribuye a la sostenibilidad económica.

La concepción del menú se gestó con la visión de capturar la esencia ya arraigada del hotel. No podía ser de otro modo.

La inspiración surgió de un recorrido que trajo consigo la necesidad de incluir elementos italianos, alimentada por la experiencia vivida en España y la apreciación de la comida mediterránea por parte de los propietarios del hotel.

En el proceso de conceptualización de la oferta gastronómica, la visión ha sido clara: ofrecer una experiencia culinaria por encima de los estándares de los municipios aledaños de Villa de Leyva o Ráquira, pero que fuera, al mismo tiempo, una cocina auténtica y respetuosa con la esencia de cada ingrediente.

Hay en la carta varios elementos de la comida mediterránea, caracterizada por su simplicidad y calidad de ingredientes. Se planteó así por la importancia de seleccionar cuidadosamente cada componente para lograr platos que, aunque aparentemente sencillos, fueran ejecutados a la perfección.

Es de destacar el camino hacia la especialización en pan y pizza. La incursión de uno de los socios en la creación de masa madre, con el apoyo de un amigo experto, añadió un toque artesanal y distintivo a la oferta del restaurante. Este enfoque artesanal se trasladó a la pasta fresca, elaborada con mantequilla de alta calidad y sin artificios innecesarios.

Al mismo tiempo, la diversidad de opciones en la carta se ha ido enriqueciendo con la introducción de platos internacionales, como el ceviche peruano, evidenciando la influencia global en su propuesta gastronómica. Sin embargo, se ha mantenido un compromiso con el uso creativo de ingredientes locales. Así han surgido combinaciones inesperadas, como una sorprendente pizza que incluye papa criolla y longaniza artesanal de la región.

El compromiso con la calidad y la excelencia se extiende a la selección de vinos. La búsqueda de referencias excepcionales y la orientación de un experto contribuyeron a ofrecer una carta de vinos selecta que, si bien es concreta, es correcta y complementa a la perfección la experiencia gastronómica. Es decir, con los vinos y los maridajes, no hay pierde.

En el restaurante se comparten abiertamente las recetas y conocimientos, incluso ofreciendo talleres de pizza para parejas o experiencias gastronómicas para aquellos interesados en descubrir los secretos detrás de la cocina del lugar.

Así las cosas, la apuesta del Hotel Alma por el desarrollo de la buena mesa es una apuesta meritoria. Una apuesta que, en definitiva, marca la diferencia con otros establecimientos de la zona.

Hotel Alma se encuentra a tan solo 25 minutos de Villa de Leyva y no es necesario hospedarse para disfrutar de las opciones culinarias bien ejecutadas que ofrece su restaurante. Vale la pena la escapada. La vista, dicho sea de paso, es imperdible.

Dónde: Via Alma, km. 2, Tinjacá, Boyacá
Instagram
Más información: hotelalma.co

 

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