A través de redes sociales, el restaurante se pronunció sobre la baja en las ventas que ha significado las obras que adelanta el Distrito en la zona de la calle 100.
Bogotá avanza con múltiples proyectos de infraestructura. Sin embargo, el impacto de estas obras ha generado serios problemas en la ciudad, incluyendo congestión vehicular, disminución en la seguridad y afectaciones económicas para numerosos comercios, entre ellos los restaurantes.
Uno de los casos más emblemáticos es el del restaurante vegetariano Herbívoro, con 14 años de trayectoria en la capital. Ubicado en la Calle 100 con Avenida Suba, el establecimiento ha enfrentado grandes dificultades debido a las obras en curso, que desde hace un año y medio han bloqueado el paso vehicular frente a su local.
De acuerdo con su propietario, quien hizo una denuncia pública a través de redes sociales, «estos años han sido muy duros, las consecuencias económicas de una pandemia que casi nos quiebra y, para colmo, esta obra que nos afecta desde hace más de un año. Ha sido peor que una pandemia».
Aunque la Alcaldía aseguró inicialmente que la obra estaría terminada en diciembre de 2024, la fecha pasó sin avances visibles ni una nueva proyección oficial para su finalización. En el caso de Herbívoro, la falta de acceso ha provocado una caída en las ventas y ha puesto en riesgo su continuidad.
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«Nos confirmaron que esta obra durará dos años más. Tenemos dos opciones: cerrar para siempre o buscar otro local», añadió el vocero del restaurante, que ha sido un referente en la promoción de la alimentación vegana y el apoyo a pequeños emprendimientos.
En respuesta a esta crisis, el restaurante inició una campaña para reunir 100 millones de pesos, logrando en los últimos días pagar el canon de arrendamiento para un nuevo espacio. A partir de ahora, su icónica sede de la Calle 100 cerrará definitivamente.
El caso de Herbívoro evidencia la situación que enfrentan miles de negocios en Bogotá, afectados por las polisombras y los cierres viales que dificultan la visibilidad y el acceso de los clientes. Algunos establecimientos han optado por cerrar de forma temporal ante las pérdidas económicas.
Mientras tanto, la incertidumbre sobre la culminación de las obras sigue siendo un problema sin solución clara, poniendo en jaque no solo a los comerciantes, sino también a los ciudadanos que lidian con los efectos secundarios de estas transformaciones urbanas.
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