Los artesanos de arepas no son ajenos a la crisis del COVID-19 y han decidido unirse para visibilizar su oferta, con el objetivo de superar las dificultades que atraviesan.
La crisis actual está llevando a las personas en pensar nuevas alternativas para garantizar que su economía siga fluyendo, de alguna manera. En el caso de los areperos artesanales la opción fue agruparse para crear el sitio web www.arepasartesanales.com.
En esta página los consumidores encuentran más de 22 talleres artesanales de arepas, categorizados por zonas del Valle de Aburrá y el Oriente Antioqueño.
De esta manera, el usuario puede ubicar fácilmente el taller más cercano para pedir sus arepas favoritas, desde las tradicionales blancas y amarillas, de mote y chócolo, hasta arepas con semillas y granos, o incluso, de mezcla de plátano con queso o remolacha con pistachos.
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Los talleres disponibles en el sitio web se encuentran en Bello, Copacabana, Medellín, Itagüí, La Estrella, Caldas, Amagá, Rionegro y el Carmen de Viboral.
“Esperamos que los consumidores le pidan de manera directa a los pequeños artesanos y que muchos más talleres se sumen a esta iniciativa para tener mayor cobertura y apoyar sus economías”, dice Lorenzo Villegas, periodista y creador del sitio web.
Con esta iniciativa se busca apoyar a las pequeñas empresas de arepas, las cuales son hechas a mano, sin conservantes ni aditivos.
“Los talleres de barrio distribuyen sus productos en tiendas locales, por venta directa o pedidos a domicilio. Las arepas que elaboran tienen características organolépticas por las que son preferidas, pues se hacen con maíces cocinados y molidos, incluso, algunos también lo trillan en los mismos talleres. Por otra parte, no ponen en la masa aditivos, conservantes o químicos que cambien el sabor o retarden la descomposición. Estas arepas por ser en pequeñas producciones tienen la textura y el sabor de las caseras que nos ofrecía la madre o la abuela”, explica Villegas
Una tradición que debe continuar
La arepa hace parte del diario vivir de los colombianos. Según estadísticas, siete de cada de 10 colombianos consumen al menos una arepa al día.
Los datos demuestran, además, que el consumo de arepa se ha duplicado en los últimos 10 años. Según Villegas, “si bien es innegable que la migración venezolana hacia Colombia incide en este crecimiento, también es claro que esta circunstancia engrosa las arcas de la industria de harina precocida, la cual ha copado el mercado por su versatilidad y precios, dejando en desventaja a los areperos artesanales no se beneficia de este aumento”.