Con huertas urbanas, ciencia y mínimo desperdicio, Oda redefine la alta cocina sostenible desde Bogotá con impacto regional.
El restaurante Oda, ubicado en el norte de Bogotá, se ha consolidado por su apuesta en integrar sostenibilidad, ciencia y rentabilidad en un mismo modelo de negocio. En octubre de 2024, la Secretaría de Ambiente de Bogotá lo certificó como el primer restaurante del país en recibir el sello de “Negocio Verde”, un reconocimiento inédito para el sector gastronómico colombiano.
Este hito marcó un punto de inflexión para la propuesta que Oda desarrolla desde su apertura en 2021, basada en una cocina de autor que conecta territorio, biodiversidad y conocimiento científico. Más allá del discurso ambiental, el restaurante ha estructurado una operación que reduce impactos, optimiza recursos y construye una cadena de valor sostenible.
El reconocimiento local se sumó a su posicionamiento internacional. En 2025, Oda ingresó al ranking extendido de Latin America’s 50 Best Restaurants, ocupando el puesto 76, y fue distinguido como el restaurante más sostenible de América Latina por The World’s 50 Best, uno de los listados más influyentes del sector.
Un modelo productivo basado en cercanía y ciencia
Desde el punto de vista operativo, Oda funciona a partir de una red de más de diez huertas urbanas en Bogotá y un trabajo directo con alrededor de 50 familias campesinas certificadas. Este esquema permite que cerca del 70 % de sus proveedores sean pequeños productores, la mayoría ubicados a menos de 100 kilómetros del restaurante, reduciendo costos logísticos y huella de carbono.
Según explica María Alejandra Botero, líder de Impacto de Oda, la selección de proveedores se basa en prácticas socioambientales responsables y no únicamente en volumen o precio. Esta lógica ha convertido al restaurante en un dinamizador de economías locales y en un aliado estratégico para productores de pequeña escala.
Uno de los diferenciales del proyecto es su alianza con el Jardín Botánico de Bogotá, que convierte a Oda en el primer restaurante del país en integrar investigación científica de forma estructural a su menú. Biólogos y especialistas participan en el estudio de ingredientes nativos, criollos y ancestrales, fortaleciendo una propuesta gastronómica con respaldo técnico.
Este enfoque científico también se traduce en innovación culinaria y eficiencia. La investigación permite aprovechar al máximo cada ingrediente, reducir desperdicios y diseñar platos que responden a ciclos naturales, lo que impacta positivamente los costos y la sostenibilidad del negocio.
A nivel internacional, Oda cuenta además con la certificación Food Made Good, uno de los estándares más exigentes en sostenibilidad gastronómica. Esta validación refuerza su credibilidad ante clientes, inversionistas y aliados estratégicos en un mercado cada vez más atento a criterios ESG.
Desde una perspectiva empresarial, el caso de Oda demuestra que la sostenibilidad puede ser un eje de competitividad y diferenciación, no solo un valor reputacional. Su modelo combina innovación, eficiencia operativa y propósito, posicionando a Bogotá como un referente regional en gastronomía sostenible.
En un contexto donde los consumidores y las ciudades exigen prácticas responsables, Oda se perfila como un laboratorio vivo de cómo la alta cocina puede escalar impacto ambiental y social sin sacrificar viabilidad económica.
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