Reconocida por rescatar los sabores ancestrales del Pacífico, Maura de Caldas fue gestora cultural, cocinera y maestra de generaciones enteras.
Maura Hermencia Orejuela de Caldas, conocida como Maura de Caldas, falleció en la mañana del 5 de julio a los 87 años, según confirmaron sus familiares. Considerada una de las más importantes exponentes de la cocina del Pacífico colombiano, su partida deja un vacío irreparable en la gastronomía y la cultura nacional.
Nacida en Guapi, Cauca, Maura fue cocinera, maestra y gestora cultural. Convirtió la cocina en un espacio de memoria, identidad y resistencia, donde los saberes ancestrales afrodescendientes se transformaban en platos llenos de historia. Su restaurante Los Secretos del Mar, en Cali, fue un símbolo de orgullo y tradición del Pacífico.
Maura defendió con pasión el uso de ingredientes como el coco, las hierbas de azotea y los pescados de río, y elevó la cocina tradicional a escenarios nacionales e internacionales. Con su libro Sabor a Maura, dejó un legado que recopila recetas, técnicas, relatos y saberes de las comunidades negras del suroccidente colombiano.
Durante su vida, recibió múltiples reconocimientos por su labor, entre ellos la Orden al Mérito Vallecaucano y el premio Marie-Antoine Carême de la Federación Latinoamericana de Gastronomía. Siempre dijo que cocinaría hasta su último suspiro, y así fue.
La noticia de su fallecimiento generó múltiples reacciones en el sector gastronómico y cultural. “Maura me enseñó a amar la vida, a soñar y a vivir con libertad”, escribió la chef Leonor Espinosa. El alcalde de Cali, Alejandro Eder, la recordó como “una de las más grandes matronas del Pacífico colombiano”.
Su hija Patricia Caldas relató que Maura falleció en paz, rodeada de sus seres queridos, tras varios problemas respiratorios. “Partió tranquila, pero su ausencia duele profundamente”, expresó al diario El País de Cali.
La cocina de Maura no era solo un lugar para preparar alimentos, sino un espacio espiritual donde se tejían la historia, la resistencia y la comunidad. Fue una defensora incansable de la soberanía alimentaria, la biodiversidad y la dignidad cultural afrocolombiana.
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Su participación en el Festival Petronio Álvarez fue clave para consolidar las Cocinas Vivas, un espacio que hoy es referente de identidad y transmisión oral. En cada edición, su presencia irradiaba sabiduría, alegría y amor por la cultura del Pacífico.
La secretaria de Cultura de Cali, Leydi Higidio, la recordó como “una mujer de corazón abierto que nos enseñó que la comunidad se construye desde el amor y la reciprocidad”. Su legado trasciende generaciones y seguirá inspirando a cocineras y cocineros en todo el país.
Maura no solo enseñó a cocinar, también formó, cuidó y compartió su saber con generosidad. Muchas figuras de la gastronomía la recuerdan como una mentora que nunca se guardó un secreto, siempre dispuesta a enseñar y a dignificar la tradición.
Su cocina fue medicina, memoria y motor de transformación. Hoy, Colombia despide a una matrona, pero también celebra una vida dedicada a preservar lo que nos une desde los fogones: el sabor de nuestras raíces.
El legado de Maura de Caldas permanecerá vivo en cada plato del Pacífico, en cada festival, en cada historia contada al calor de la cocina. Su nombre, sus saberes y su lucha seguirán siendo guía para una Colombia más orgullosa de sus tradiciones.
Imagen: Instagram @mauracocinatradicional
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