Lisette Malkun, reconocida por su aporte a la cocina árabe en la región, falleció en Barranquilla tras caer de un octavo piso. La chef había enfrentado recientemente dificultades relacionadas con su salud mental
El sector gastronómico de Barranquilla atraviesa un momento de duelo tras confirmarse la muerte de la reconocida chef Lisette Malkun Zarur, empresaria culinaria y referente de la cocina árabe tradicional en la región. Su fallecimiento fue confirmado por las autoridades locales y ha generado múltiples mensajes de solidaridad en el gremio.
Malkun Zarur había construido una trayectoria destacada alrededor de la gastronomía de Medio Oriente, posicionándose como una de las voces más respetadas en cocina de tradición. Sus propuestas culinarias la llevaron a trabajar con figuras públicas y a consolidar una clientela fiel dentro y fuera de la ciudad.
Su proyecto gastronómico, basado en recetas heredadas y técnicas familiares, se convirtió en un negocio reconocido en Barranquilla, donde ofrecía platos árabes preparados de manera artesanal. La chef resaltaba que su sello provenía de una tradición transmitida “de generación en generación”, lo que le permitió construir una identidad propia en un mercado competitivo.
Además de su actividad empresarial, Malkun Zarur realizaba servicios de catering para eventos corporativos y sociales, un segmento que fortaleció a lo largo de los años y que la posicionó como aliada de marcas, instituciones y personalidades. Su trabajo la llevó a relacionarse con chefs de renombre, como Leonor Espinosa, considerada una de las mejores del mundo.
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El gremio gastronómico local y diversas comunidades, como las egresadas del colegio Saint Mary School, expresaron su tristeza por la noticia y destacaron su legado humano y profesional. En redes sociales se multiplicaron los mensajes que reconocen el impacto de su trabajo en la difusión de la cocina árabe y en la apertura de oportunidades para nuevas generaciones de cocineros.
Familiares señalaron que la chef había enfrentado recientemente dificultades relacionadas con su salud mental. Aunque las autoridades confirmaron el fallecimiento, hicieron un llamado a abordar estos temas con responsabilidad y a evitar especulaciones alrededor del caso.
La trayectoria de Malkun también deja lecciones sobre los retos emocionales que enfrentan los emprendedores gastronómicos, un sector particularmente vulnerable por la presión financiera, la exposición pública y las jornadas extensas. Expertos consultados en ocasiones similares han recordado que la salud mental es una variable crítica para la sostenibilidad de los negocios.
La Secretaría de Salud del Atlántico reiteró que mantiene habilitada una línea de atención 24/7 (3176218394) para personas que requieran acompañamiento psicológico, así como programas de apoyo familiar. Instituciones del sector turístico y gastronómico también recordaron la importancia de fortalecer redes de apoyo internas.
Empresarios del Atlántico reconocen que el legado de la chef trasciende su cocina: impulsó la valorización de las tradiciones culinarias de raíces árabes y abrió espacio para la profesionalización de propuestas familiares que hoy se convierten en negocios formales. Su trabajo tuvo un impacto en el ecosistema gastronómico de la región.
La muerte de Lisette Malkun deja un vacío en la gastronomía barranquillera, pero también una memoria que seguirá presente en colegas, clientes y proyectos que se inspiran en la mezcla entre tradición, identidad y emprendimiento que ella representó durante su carrera.
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