La procedencia de algunas materias primas quedó en entredicho por malas prácticas comerciales.
Un estudio de SeaD Consulting reveló que el 96% de los restaurantes en Tampa Bay utilizaban tácticas engañosas para vender camarones importados como si fueran locales.
La investigación analizó 44 establecimientos y determinó que solo dos servían camarones realmente provenientes de la región.
Los restaurantes recurrían a decoraciones náuticas y nombres sugerentes para reforzar la ilusión de autenticidad, mientras cobraban precios elevados a los consumidores.
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La práctica, además de ser desleal, es ilegal según la Comisión Federal de Comercio.
Expertos advierten que la industria camaronera local está en crisis, afectada por la competencia de productos más baratos del sudeste asiático y la falta de inversión.
Propietarios de negocios que sí ofrecen camarones locales insisten en que, aunque su costo es mayor, su calidad y sabor justifican la diferencia.
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