Inspiradas en la receta de una abuela caleña de 88 años, unas emprendedoras decidieron incursionar en la venta de pandebonos congelados, con un toque de sofisticación.
El pandebono, pan de bono o pan del bono: significa lo mismo. Es un amasijo representativo del Valle del Cauca, cuyo origen tiene varios relatos.
Uno de los más populares es que en la «Hacienda Bono», localizada en la zona rural de la Dagua, se producía un afamado pan de maíz y queso que envolvían en hojas de plátano y lo llevaban a Cali para ofrecerlo como «pan de la Hacienda del Bono». Con el tiempo, el nombre fue cambiando a Pan del Bono.
Otra versión relata que un panadero italiano ofrecía el pan que elaboraba diciendo: «Pan del bono», queriendo decir «pan del bueno». Los lugareños lo terminaron identificando como»pan del bono»hasta que al fín se llamó pandebono.
También se conoce la historia popular que reseña que los jornaleros de los ingenios de la caña azúcar les daban un bono diario para que reclamaran pan y un vaso de agua, y así surgió»el nombre del pan del bono».
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Más allá de estas anécdotas, esta afamado pan a base de maíz, queso y almidón de yuca a la masa, se convirtió en uno de los emblemas gastronómicos vallecaucanos, y su receta ha trascendido generaciones.
Es el caso de «los Pandebonos de la Abuela», un emprendimiento que toma como base la receta de la bisabuela de una de las fundadoras de este nuevo negocio, creado en medio de la actual pandemia.
«Los pandebonos han sido parte de nuestro día a día; siempre los hemos comido. En la cuarentena comenzamos a venderlos en el edificio y nos dimos cuenta de que era un producto muy bien valorado«, comenta Valeria, socia de este proyecto, que busca brindar a los bogotanos la posibilidad de degustar en casa estos antojos recién horneados.
Su oferta se basa en pandebonos congelados, bajos en sal y grasas, sin conservantes y libres de gluten, que se pueden disfrutar desde la manera más clásica (solo queso), hasta otras formas más ingeniosas.
Y es que esta nueva generación le imprimió su propio sello a la tradicional receta, al crear una línea premium de pandebonos dulces y salados, con diferentes opciones como Nutella, arequipe, tomate seco y pesto, queso crema y cebollín, o queso azul.
De esta manera, la apuesta es seguir enalteciendo esta maravilla culinaria de la Sucursal del Cielo y por qué no, invitar a las nuevas generaciones a probar nuevas versiones de estos amasijos que han cautivado a los colombianos por tantos años.
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