La bodega española celebra 100 años de tradición vinícola, destacando la relevancia del mercado colombiano dentro de su estrategia global.
Para conmemorar este centenario, la marca lanzó dos ediciones limitadas en España, entre las que se incluyen un vino 100% Garnacha, con una crianza de 100 meses en depósitos de hormigón, y un Gran Reserva de la añada 2001, considerada excepcional en la región de Rioja.
En un guiño especial a Colombia, se presentó una edición limitada exclusiva para el país, un vino 100% Tempranillo, elaborado con uvas seleccionadas de viñedos situados a altitudes entre 450 y 700 metros. Este vino, que destaca por su crianza en barricas de roble francés y su potencial de longevidad, llega a las tiendas Dislicores en todo el territorio nacional, reforzando el vínculo de la bodega con el mercado colombiano.
Su director general Rodolfo Bastida, habló con Revista Buen Gusto sobre la bodega, sus vinos y los aprendizajes en 25 años de trabajo como parte del equipo de producción.
¿Cuáles han sido los principales avances y aprendizajes este año en la bodega?
Este año, el aprendizaje más importante ha sido el uso de levaduras seleccionadas de nuestros propios viñedos. Hace unos años realizamos un proyecto para seleccionar una cepa única de levaduras que ahora usamos en todas nuestras bodegas. Este año ha sido el primero en el que la hemos implementado en toda la cosecha, lo que nos ha permitido diferenciar aún más nuestros vinos.
¿Cómo ha cambiado la labor del enólogo en los últimos años?
La figura del enólogo ha cambiado significativamente. Antes, el enólogo era una persona que solo recibía las uvas y trabajaba en la bodega. Hoy en día, el enólogo pasa mucho tiempo en el viñedo, anticipando las características de las uvas y colaborando estrechamente con otros técnicos. La información fluye rápidamente entre todos y eso ha permitido avanzar mucho en el sector.
¿Cuál es la clave para la diferenciación de los vinos en un mercado tan competitivo?
La clave está en cómo trabajamos el viñedo y cómo seleccionamos las variedades. Por ejemplo, en la región de Rioja Oriental, estamos sustituyendo viñedos de Tempranillo por Garnacha, ya que esta variedad es más adaptada al cambio climático y necesita menos agua. La diferencia real entre bodegas no está tanto en la tecnología, sino en cómo cada bodega selecciona y cuida sus viñedos.
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¿Cómo ven el futuro del mercado de vinos en Colombia?
El mercado de vino en Colombia está en pleno crecimiento. Estamos muy entusiasmados con este mercado, especialmente porque el consumo está aumentando rápidamente. De hecho, estamos vendiendo más en Colombia que en algunos mercados tradicionales como Rusia, lo que nos da mucha esperanza para el futuro. Creemos que en pocos años el consumo se duplicará o incluso cuadruplicará.
¿Qué papel juegan para ustedes los restaurantes en la promoción del vino?
Los restaurantes son nuestros aliados clave en la promoción del vino. La mayoría del consumo de vino se realiza en el contexto de una comida, por lo que contar con un sommelier o personal capacitado que pueda recomendar el vino adecuado es fundamental. Los restaurantes colombianos están desempeñando un papel crucial en el desarrollo y la cultura del vino, y esperamos que sigan creciendo en la promoción de vinos de calidad.
En cuanto a las nuevas generaciones, ¿cómo ven ese nuevo consumidor de vino?
En general, tenemos una visión más holística sobre este tema, especialmente porque también producimos licores. Me preocupa un poco este cambio en los hábitos, pero creo que es algo natural. Cuando tenía 20 años, yo tampoco tenía un gran interés en el vino. En esa edad, no era común ver a mi padre beber vino todos los días, y casi era transgresor no tomarlo. Pero hoy, veo que después de la pandemia, la edad media de nuestros visitantes ha bajado. Esto nos genera una expectativa positiva para el futuro, aunque es cierto que probablemente habrá un consumo menor en cantidad, pero mucho más exigente. Los consumidores de hoy buscan vinos de mayor calidad, y nosotros nos adaptamos a eso, ofreciendo opciones con menos alcohol, como nuestro early harvest de vendimia temprana. Este vino tiene 11 grados de alcohol, lo que se considera adecuado en nuestras denominaciones de origen.
¿Cómo se adaptan a las tendencias de los consumidores que prefieren vinos con menos alcohol?
Nos hemos adaptado bastante bien. Sabemos que los consumidores buscan vinos con menos alcohol, y por eso hemos desarrollado productos como el early harvest. Este vino tiene menos alcohol pero mantiene su intensidad y sabor, lo que lo hace perfecto para quienes buscan algo más ligero pero de calidad. También trabajamos en viñedos a mayor altitud y protegemos las uvas con labores especiales, como el deshojado, para que la uva madure de manera más lenta y conserve más acidez, lo que ayuda a crear vinos más frescos. Sin embargo, no podemos permitirnos vinos diluidos, siempre buscamos el equilibrio.
¿Qué nos puede contar sobre la variedad de vinos de Ramón Bilbao y su adaptación a diferentes gustos?
En Ramón Bilbao tenemos una gama muy diversa para adaptarnos a distintos perfiles de consumidores. Desde vinos más accesibles, como el Crianza o el Verdejo, hasta los más complejos, como nuestros Reserva y Gran Reserva. Hoy en día, estamos ofreciendo alrededor de 25 referencias diferentes. Por ejemplo, el vino de Rueda, que hemos probado hoy, es 100% Verdejo, mientras que el vino de la botella azul proviene de Rías Baixas y está elaborado con Albariño. Rías Baixas es una región muy especial y lluviosa, con solo 4,000 hectáreas de viñedo, lo que lo convierte en un lugar exclusivo. Los vinos de Albariño son muy florales y con un toque de salinidad, lo que los hace perfectos para acompañar pescado y mariscos, platos típicos de la región.
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