Los buenos procesos de maduración de la carne hacen que las proteínas conserven todo su sabor y que no pierdan sus características principales. En La Macheleria lo saben, y por eso se han especializado en ofrecer una experiencia alrededor de los corte parrilleros más tiernos, suaves y jugosos.
Este restaurante, que abrió en 2021, se ha interesado en promover la ganadería nacional, acercando la cultura de los clásicos steakhouse, donde las protagonistas son las carnes a la parrilla de excelente calidad.
Antes de su aventura gastronómica, La Macheleria incursionó como planta de maduración y servicio de proveeduría de cortes de carne premium nacionales, a reconocidos restaurantes de la ciudad.
Al tiempo, Raúl López y Dayhana Jiménez comenzaron a soñar con tener su propio establecimiento gastronómico, especializado en cortes madurados, motivados por las positivas retroalimentaciones de sus clientes, entre ellos grandes conocedores de productos cárnicos.
Su idea sería conservar técnicas americanas y europeas de maduración del producto cárnico, para ofrecer a los bogotanos la posibilidad de disfrutar cortes madurados en seco como el T-bone, el tomahawk o el cowboy, clásicos de los steakhouse tradicionales; así como cortes madurados al vacío, como el New York, el ribeye o la punta de anca.
Los procesos de maduración, precisamente, le aportan a la carne mayor concentración de su sabor natural, jugosidad y terneza. En La Macheleria Steakhouse le han aportado el uso de maderas selectas para el ahumado de los cortes, otorgándole a sus productos un diferencial, que se identifica fácilmente en el paladar.
Como parte de su promesa, el restaurante indica que todas sus carnes pasan por procesos de inspección y rigurosa selección, su trazabilidad es certificada, así como el buen trato al animal, para obtener el producto que ha sorprendido a muchos en las mesas de este establecimiento ubicado en la calle 109 de Bogotá.
Más que carnes
Aunque su especialidad son las carnes maduradas, el menú de La Macheleria se complementa con una oferta de pesca, como salmón parrillado o trucha al ajillo finalizada con un toque ahumado de pino, hamburguesas artesanales elaboradas con carne madurada, codo de cerdo al horno bañado en salsa de uchuva.
Mención aparte merecen las guarniciones, de la cuales el comensal puede seleccionar dos opciones entre ensaladas con verduras frescas y orgánicas, piña asada aromatizada, macarrones con queso, arepa peto rellena de queso, o papa nativa en casco.
Si de picar se trata, son imperdibles las entradas: tuétano parrillado, chicharrones de cerdo, cazuela de quesos con chorizo, empanadas, chinchulines, son algunas de las opciones más recomendadas por la casa.
Al mismo tiempo, el restaurante cuenta con una selección de cervezas nacionales e internacionales y vinos para maridar los platos, al igual que una barra con opciones de coctelería clásica y de autor.
Dónde: Bogotá, calle. 109 # 18b – 32