La Asociación de Mujeres Campesinas, Negras e Indígenas de Colombia – ANMUCIC inauguró en marzo de 2019 un nuevo restaurante y espacio de eventos sociales, donde a través de la gastronomía promoverán la identidad de la mujer rural y la diversidad étnica de los departamentos de donde fueron desplazadas a causa del conflicto armado interno en Colombia.
El restaurante Atávico funcionará como sede y punto de encuentro para las más de 200 mujeres sobrevivientes del conflicto, pertenecientes a la asociación y procedentes de diversos espacios de Colombia, que les permitirá mejorar sus condiciones de vida, así como fortalecer su autonomía y reconocer su trabajo en el campo.
Ubicado en la localidad de Teusaquillo (Transversal 29 #37-28, barrio La Soledad), este espacio también brindará el servicio de eventos sociales y cada día ofrecerá un menú diferente y propio de la gastronomía de las regiones de Colombia de donde son oriundas las mujeres de ANMUCIC, siendo sus propias manos las encargadas de elaborar los productos.
¿Qué es ANMUCIC?
La Asociación de Mujeres Campesinas, Negras e Indígenas de Colombia – ANMUCIC nace en los años 80 con el objetivo de luchar por la reivindicación de los derechos de las mujeres campesinas víctimas de la guerra en Colombia.
El conflicto armado colombiano ha generado el asesinato de lideresas de las juntas directivas departamentales y municipales, el exilio de integrantes del equipo nacional, las múltiples amenazas y persecuciones a las que se han visto enfrentadas y el desplazamiento de un gran número de mujeres de la organización.
Han trabajado en la adquisición igualitaria de tierras entre mujeres y hombres en el país, reconociendo su rol en la protección y defensa de la tierra, y otorgándole sentido a las tradiciones ancestrales de sus antepasados, siendo la tierra la materia prima que solventa las necesidades de la sociedad.
Sumado al trabajo relacionado con la tierra, las mujeres de ANMUCIC cuentan con más de 30 años de experiencia en incidencia política y legislativa, aportando de manera significativa en leyes de protección y tenencia de la tierra, el acceso a derechos, la erradicación de las violencias, y aportes en el Acuerdo de Paz; específicamente en el reconocimiento de la voz de las mujeres campesinas en la construcción de paz.