Del 17 al 23 de junio se celebra la Semana Mundial Sin Carne con el fin de ir contra el modelo agroalimentario predominante y el desmesurado consumo de carne en los países enriquecidos. Para Greenpeace es también una reflexión de cambio de hábitos de consumo y de apoyo a un sistema alimentario sostenible, capaz de ofrecer alimentos sanos. «El modelo predominante no ha resuelto el problema del hambre y ha incrementado de forma significativa el número de personas con sobrepeso y obesas», afirma la ONG.
Esta postura ha sido compartida por otras organizaciones promotoras de una vida vegetariana, y por la comunidad científica según estudios como: “Alimentos, Planeta, Salud. Dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles”, publicado por la Comisión EAT-Lancet, que señala la urgencia de reducir el consumo de carne y lácteos e incrementar el consumo de alimentos de origen vegetal, por la salud humana y la del planeta.
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Además indica que para que todas las personas puedan seguir viviendo de forma segura y sana, así como las demás especies, es necesario reducir un 50% la producción y el consumo medio global de carne y otros derivados animales para el 2050. Según expertos, una dieta sana y sostenible no debería superar los 300 gramos de carne a la semana, esto implicaría reducir en un 80% el consumo de proteína animal en el globo.
«La alimentación es también un acto político y revolucionario con el que elegimos cada día el modelo agroalimentario que queremos. Uno, como el predominante, que siga empujando hasta al borde del precipicio nuestro precioso y único planeta, o uno que lo mime y cuide para que las futuras generaciones y demás especies sigan teniendo un hogar dónde vivir», agrega Greenpeace.
La ONG ha emitido alarmas acerca de la necesidad de frenar las amenazas a que enfrenta el plantea, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la escasez y la contaminación del agua, etc., por cuenta de la actividad pecuaria. Si bien no basta con cambios en la dieta, la invitación esta semana es a que el consumidor sea quien tome las riendas de esta reivindicación de la salud y el medio ambiente desde lo que pone en el plato.