Con más de 150 marcas atendidas, Jockfran convierte la fotografía en una herramienta estratégica para crecer en el sector gastronómico.
Cuando Jockfran Moreno llegó a Colombia desde Venezuela en 2016, no tenía claro a qué se dedicaría. Como editor audiovisual de formación y con una cámara prestada, comenzó a explorar la fotografía social: bodas, eventos, retratos familiares.
Pero algo le hacía falta. “Sentía que no estaba del todo conectado con lo que hacía, como si me faltara algo más mío, más genuino”, recuerda. Esa búsqueda lo llevó, sin querer, a combinar dos de sus pasiones: la cocina y la imagen.
Hoy, Jockfran ha fotografiado la esencia de más de 150 restaurantes y marcas de productos en Colombia. Lo ha hecho junto a su esposa, diseñadora gráfica, en un proyecto de vida que nació en pandemia, desde casa, sin estudio, sin clientes, solo con la certeza de que podían contar buenas historias a través de la comida. “Todo empezó con los platos que ella cocinaba. Yo les tomaba fotos con el celular. Era solo por gusto, pero sin darnos cuenta estábamos entrenando el ojo”, cuenta.
En medio de esa experimentación, Jockfran compró algunos postres en una pastelería del norte de Bogotá. Los llevó a casa, les tomó unas cuantas fotos y se las envió, sin aviso, a la cuenta de Instagram del negocio. “Les dije: ‘fui a tu pastelería, me gustó el producto, te comparto estas imágenes’. Y pasó lo inesperado: la dueña nos respondió al rato, agradecida, y me dijo que justo estaba buscando un fotógrafo para renovar su carta”, recuerda. Esa fue la primera puerta.
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Desde entonces, el boca a boca ha hecho su trabajo. Han llegado cadenas como La Parrilla, Yakitori o Don Benítez, además de marcas de productos empacados. “Nos hemos especializado tanto en restaurantes como en alimentos. Al final, se trata de lo mismo: hacer que la imagen conecte con el consumidor”, explica.
Y aunque la fotografía es su eje principal, desde hace año y medio también producen contenido audiovisual para marcas gastronómicas. “Nos enfocamos sobre todo en videos de preparación. Muchos chefs y restaurantes nos buscan para mostrar sus recetas en acción, con buena estética, buen ritmo y una narrativa coherente con su marca”, explica. Esta nueva línea ha complementado su portafolio y ha permitido fortalecer su propuesta como estudio creativo especializado.

Más que fotos bonitas
Pero no basta con una buena cámara o una buena iluminación. Para Jockfran, la clave está en la preproducción. “Muchos creen que es llegar, poner luces y disparar. Pero lo más importante es entender qué quiere comunicar el cliente. Qué historia quiere contar. ¿Dónde se va a usar la foto? ¿En redes, en una carta, en una valla? Cada medio requiere una intención diferente”, explica.
Por eso, cada proyecto comienza con una conversación detallada. “Pedimos referencias, ideas, incluso sentimientos. Con eso armamos un moodboard, donde diseñamos toma por toma, colores, texturas. Es como un guión visual que compartimos con el cliente antes de disparar la primera foto.”
Cuando trabaja con cocina japonesa, por ejemplo, no se limita a poner el sushi sobre una tabla. “Buscamos el lenguaje visual del lugar. Puede ser la textura de la madera, la luz tenue del salón, o un detalle arquitectónico. La idea es que quien vea la foto no solo se antoje del plato, sino que sienta que quiere estar ahí”.
Consejos desde la experiencia
A lo largo del camino, Jockfran ha recogido aprendizajes que hoy comparte con quienes quieren mejorar la imagen de sus negocios gastronómicos. “Lo primero es entender que la fotografía no lo es todo, pero sí es una parte clave del marketing. La imagen atrae, pero si no está conectada con una estrategia, se queda corta”, advierte.
Su segunda recomendación es no improvisar. “Organización. Esa es la palabra. Si el día de la sesión no sabes qué platos vas a fotografiar, o quién los va a montar, se pierde tiempo y calidad. La cocina debe estar lista, los platos deben salir a tiempo y cada imagen debe tener un objetivo”.
Y la tercera: confiar en un profesional con experiencia. “Muchos contratan a alguien porque es ‘bueno tomando fotos’, pero no todos entienden la lógica de la comida. La luz, la textura, la composición, todo cuenta. Y todo cambia si es para una red social o una revista impresa.”

El siguiente paso
A medida que su trabajo comenzó a ganar visibilidad, surgió una nueva necesidad: compartir el conocimiento. “Muchos fotógrafos que estaban comenzando nos escribían diciendo que querían aprender a lograr ese tipo de imágenes. Así que hace tres años decidimos lanzar nuestros cursos y bootcamps”, comenta Jockfran. Desde entonces, han realizado más de 15 ediciones de sus talleres en Bogotá, con más de 600 alumnos formados en fotografía de alimentos y productos.
Algunos de esos estudiantes hoy viven y trabajan en otros países, aplicando lo aprendido. “Nos llena de orgullo saber que lo que enseñamos tiene impacto real. No solo es teoría, es experiencia aplicada”, afirma.
Ese trabajo académico también ha sido reconocido. Recientemente, la plataforma internacional Foodelia, especializada en visibilizar a fotógrafos gastronómicos destacados, incluyó a Jockfran entre sus perfiles recomendados. Un respaldo que llega en un momento clave para sus planes: expandir su oferta a otros mercados. “Estamos trabajando en abrir puertas en Estados Unidos y Europa, especialmente en España. Queremos que nuestra forma de contar historias visuales cruce fronteras”, dice.
Después de cinco años de trabajo formal en este campo, Jockfran mira atrás con gratitud. La cámara, que al principio fue un experimento, se convirtió en su herramienta para construir una nueva vida lejos de casa. “Nunca pensé que terminaría viviendo de esto. Pero descubrí que hay muchas formas de contar historias, y esta es la nuestra. A través de los sabores, las texturas y la luz.”
Y aunque ha fotografiado cientos de platos, lo que más lo emociona no es el resultado final, sino el proceso. “Cada foto es una conversación con la comida, con el chef, con el espacio. Y cada sesión es una oportunidad para contar algo real, algo que le dé hambre al alma, no solo al estómago.”
www.jockvisual.com
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