Diferenciarse ya no es una opción, sino una necesidad en el segmento entre panes. Y una de las apuestas más prometedoras para innovar en la carta sin sacrificar rentabilidad es el uso de carne de cerdo.
Esta proteína, que ha ganado terreno en los hábitos de consumo de los colombianos, ofrece ventajas contundentes frente a la tradicional carne de res. Aquí le contamos por qué incluir hamburguesas de cerdo puede ser un movimiento estratégico para su restaurante.
El consumo per cápita de carne de cerdo en Colombia ha venido creciendo de forma sostenida. Según cifras de PorkColombia, en 2024 alcanzó los 14,7 kg por persona, casi duplicando los registros de hace una década (7,4 kg en 2014). Este comportamiento la posiciona como la tercera proteína animal más consumida, superando al pescado (9,4 kg) y acercándose rápidamente a la carne de res (18,2 kg).
Este crecimiento responde a una combinación de factores: cambios en las preferencias del consumidor, campañas de promoción bien dirigidas y una mejora significativa en la calidad del producto nacional.
1. Ventaja de costos: más sabor, menos inversión
- Uno de los diferenciales más relevantes del cerdo frente a la carne de res es su precio competitivo. En mercados mayoristas como Corabastos, el kilo de carne de res (lomo fino) puede superar los $60.000, mientras que cortes populares como la cadera o la pierna rondan los $28.000 a $32.000 por kilo. En contraste, los cortes de cerdo adecuados para hamburguesas –como el Boston Butt o el pernil– mantienen valores más estables y accesibles, permitiendo una reducción significativa en los costos de producción.
Para el empresario gastronómico, esto se traduce en mejores márgenes de rentabilidad o la posibilidad de ofrecer precios más competitivos al consumidor final.
2. Sabor y versatilidad: una propuesta con identidad propia
- Las hamburguesas de cerdo no son solo una alternativa económica; también representan una experiencia gastronómica distinta. Con un perfil de sabor jugoso y más dulce que la res, el cerdo se presta para combinaciones creativas: desde salsas agridulces hasta toppings picantes o ahumados.
Además, su textura permite trabajar tanto en preparaciones clásicas como en presentaciones más gourmet, algo que ha sido aprovechado por chefs y marcas reconocidas que han apostado por este producto.
3. Diversificación y tendencia saludable
- La diversificación del menú no solo responde a modas, sino a la necesidad de adaptarse a públicos con expectativas cambiantes. Muchos consumidores hoy buscan nuevas experiencias sin alejarse de lo que conocen, y el cerdo representa esa evolución natural: un producto familiar, pero con un giro innovador.
Además, cortes magros como el lomo de cerdo o el Boston Butt permiten preparar hamburguesas con menos grasa sin sacrificar sabor, alineándose con las tendencias hacia lo “healthy indulgent” (saludable pero sabroso).
Para quienes lideran negocios de comida rápida, food trucks o restaurantes gourmet, apostar por la carne de cerdo en el portafolio de hamburguesas es una decisión con respaldo en cifras, sabor y rentabilidad. En un entorno donde la innovación es clave para sobrevivir y crecer, incluir esta proteína puede marcar la diferencia entre seguir la tendencia o liderarla.
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