La crisis laboral en la industria restaurantera, impulsada por la pandemia, enfrenta tanto en Estados Unidos como en Colombia retos comunes.
La crisis laboral que atraviesa el sector restaurantero en Estados Unidos es el resultado de una compleja combinación de factores que se han profundizado tras la pandemia de COVID-19.
En primer lugar, la escasez de personal calificado se ha convertido en uno de los principales retos para los empleadores, quienes enfrentan dificultades para cubrir vacantes en un mercado laboral cada vez más competitivo.
A esto se suma el hecho de que muchos salarios en la industria no se ajustan al creciente costo de vida, lo que ha provocado que un gran número de trabajadores busquen oportunidades en sectores con mejores condiciones económicas y sociales.
Además, la falta de beneficios adecuados, como seguros de salud, licencias pagadas y estabilidad laboral, ha llevado a que los empleados reconsideren sus opciones profesionales y muchas veces opten por abandonar el sector.
Este fenómeno se intensificó con la pandemia, que no solo impactó la salud pública, sino que también expuso la precariedad y vulnerabilidad de muchos trabajadores en la industria gastronómica.
Frente a este escenario, las empresas del sector han tenido que replantear sus estrategias para atraer y, sobre todo, retener talento. La transformación de la cultura organizacional se ha vuelto clave, con un enfoque renovado en la creación de ambientes de trabajo inclusivos, que valoren el bienestar integral del empleado.
Asimismo, los negocios están implementando paquetes de beneficios más competitivos, que incluyen desde seguros de salud y planes de ahorro hasta capacitaciones y oportunidades claras de crecimiento profesional.
Este cambio también implica una mirada más humana hacia el trabajo en restaurantes, dejando atrás la percepción de que se trata de empleos temporales o de paso, para posicionarlos como carreras legítimas con futuro.
En Colombia, aunque la crisis laboral en restaurantes presenta matices distintos, también refleja algunos de estos desafíos globales. La industria gastronómica local enfrenta una recuperación paulatina tras el impacto de la pandemia, pero la falta de mano de obra calificada, la informalidad laboral y los bajos salarios continúan siendo obstáculos importantes.
Según cifras recientes del Ministerio de Trabajo, el sector servicios, que incluye la gastronomía, muestra una alta rotación de personal y una tasa significativa de empleo informal, lo que dificulta la estabilidad laboral y el acceso a beneficios sociales.
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A diferencia de Estados Unidos, donde las empresas han podido implementar más rápidamente paquetes de beneficios y planes de carrera, en Colombia estas iniciativas todavía están en desarrollo y suelen verse limitadas por la estructura económica y la informalidad del sector.
Sin embargo, algunos restaurantes y cadenas están comenzando a apostar por mejorar su cultura organizacional y ofrecer mejores condiciones, conscientes de que atraer y retener talento es clave para sostener la competitividad y calidad del servicio en un mercado cada vez más exigente.
La crisis laboral y sus matices
Si comparamos ambas realidades encontramos los siguientes factores:
- Informalidad alta: Cerca del 40% de los empleos en restaurantes son informales o carecen de contratos estables, lo que genera rotación constante y poca fidelidad laboral. Esto no es tan marcado en EE.UU., donde las normativas laborales son más estrictas.
- Salarios y beneficios limitados: El salario mínimo en Colombia (alrededor de 1 millón COP/mes en 2025) es bajo para sostener una familia, y muchos restaurantes pagan cercano a ese nivel sin beneficios sociales. Esto genera migración de trabajadores hacia sectores con mejores ingresos o empleo formal.
- Falta de profesionalización: A diferencia de EE.UU., donde se ha empezado a profesionalizar y dignificar el trabajo en gastronomía, en Colombia la mayoría ve el sector como trabajo temporal o de entrada, sin oportunidades claras de carrera ni formación continua.
- Impacto de la pandemia: Muchos trabajadores no regresaron al sector tras el confinamiento, prefiriendo el autoempleo, delivery independiente o incluso la migración a otros sectores informales o formales con mejores condiciones.
- Cultura organizacional: Los restaurantes colombianos aún están en etapas iniciales de implementar culturas de empresa que fomenten inclusión, desarrollo y bienestar, lo que limita la retención.
Tanto en Estados Unidos como en Colombia, el sector restaurantero enfrenta similitudes importantes, como la escasez de personal calificado, la creciente necesidad de mejores salarios y beneficios, y el reconocimiento cada vez mayor de la cultura organizacional como un factor clave para retener talento.
Sin embargo, existen diferencias significativas: en Colombia, la mayor informalidad laboral limita la estabilidad y protección de los trabajadores; además, los niveles de profesionalización y los planes de carrera son más bajos en comparación con Estados Unidos.
Asimismo, la estructura del mercado laboral y el sistema de protección social son distintos, lo que impacta directamente en las condiciones y oportunidades dentro del sector gastronómico colombiano.
La crisis laboral en gastronomía afecta ambos países, pero en Colombia la situación está más marcada por la informalidad, salarios bajos y falta de profesionalización. Para mejorar la retención y atracción de talento, los restaurantes colombianos deben enfocarse en formalizar empleos, ofrecer beneficios competitivos y crear culturas empresariales que impulsen el desarrollo profesional, alineándose con tendencias globales pero adaptadas a la realidad local.
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