El Proyecto de Ley de Financiamiento 2025 se presenta como una herramienta para fortalecer las finanzas públicas y ampliar la base gravable del sistema tributario. Sin embargo, su alcance no se limita a la recaudación: tiene implicaciones directas en sectores estratégicos como la gastronomía, la cultura y el entretenimiento, cuya dinámica incide en el empleo formal, el consumo y la identidad social del país.
Efectos en la gastronomía
En materia gastronómica, el proyecto amplía la base del IVA a productos agrícolas, aceites y alimentos procesados. Esto encarece insumos esenciales para restaurantes, cafeterías y cadenas de alimentos, que deberán ajustar sus márgenes o trasladar parte de la carga al consumidor.
El efecto inmediato es un incremento en los precios de la oferta gastronómica, lo que puede restringir la demanda en segmentos sensibles al precio.
Sin embargo, el hecho de que muchos de estos insumos queden gravados al 5% abre la posibilidad de descontar IVA en compras, lo que para empresas formalizadas constituye un alivio parcial frente al mayor costo de adquisición.
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Impacto en cultura y entretenimiento
El proyecto también incorpora un impuesto al consumo del 19% para espectáculos culturales, deportivos y de esparcimiento. Esta medida encarece las entradas a conciertos, obras de teatro y otros eventos, con impacto directo en el consumidor final.
Desde el punto de vista económico, podría desincentivar la asistencia masiva y limitar la capacidad de recuperación de un sector que apenas empieza a superar las afectaciones de la pandemia.
Jurídicamente, se trata de un cambio relevante porque altera la relación histórica entre la cultura y el fisco: mientras antes existían exenciones para estimular la actividad cultural, ahora se prioriza la recaudación sobre el incentivo.
Balance de beneficios y retos
El balance del proyecto en estos sectores es mixto. En lo positivo, fomenta la formalización empresarial al hacer del IVA descontable un mecanismo de control y de alivio financiero para quienes cumplen con los requisitos legales.
Además, envía un mensaje de equidad tributaria al integrar al sistema a sectores que tradicionalmente gozaban de exenciones.
En lo negativo, incrementa los costos de operación de restaurantes y encarece el acceso a la cultura y el entretenimiento para los consumidores, lo que puede reducir la participación de públicos populares y afectar la democratización de estas experiencias.
El riesgo es que se convierta en un tributo regresivo, en la medida en que la carga recae sobre el consumo cotidiano y cultural de amplias capas de la población.
Conclusión
El Proyecto de Ley de Financiamiento 2025 plantea un escenario de oportunidades y desafíos para la gastronomía, la cultura y el entretenimiento. Positivamente, impulsa la formalización y fortalece la base fiscal.
Negativamente, puede restringir el acceso de los consumidores y comprometer la sostenibilidad de sectores que aportan valor social, identidad y cohesión.
El reto, en adelante, será encontrar un equilibrio entre el afán recaudatorio y la necesidad de preservar la vitalidad de sectores que no solo generan ingresos y empleo, sino que también definen el carácter cultural y económico de Colombia.

Abel Cupajita
Abogado Socio y Director de Sescol Tax & Legal a Abogados
Especialista en Derecho Tributario y de la Empresa
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