Temperaturas récord en Colombia disparan el consumo de bebidas frías y ponen a prueba a la industria ante nuevos impuestos.
En el transcurso de 2024, Colombia ha experimentado temperaturas extremas en diversas regiones del país, alcanzando niveles sin precedentes.
Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), localidades como Jerusalén, en Cundinamarca, registraron picos de hasta 40,4°C, un récord histórico que ha puesto a prueba la infraestructura local y los sistemas de respuesta a emergencias.
Este fenómeno ha tenido impactos significativos tanto en el medio ambiente como en la economía, en especial en el mercado de productos de consumo, donde las bebidas frías han visto un incremento notable en la demanda.
Este aumento de las temperaturas ha generado una respuesta directa en el mercado de consumo, especialmente en el sector de bebidas frías. Un informe de NielsenIQ destaca que, a diferencia de 2023, cuando el consumo de bebidas en el país presentó una contracción de entre el 1,4% y el 1,9%, el calor extremo de 2024 ha provocado un repunte significativo en la demanda.
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Durante los primeros meses del año, el consumo de bebidas creció un 4,7%, y la tendencia continuó hasta el mes de junio con un incremento sostenido del 3,1%. Este aumento ha sido especialmente notable en las regiones más afectadas por las altas temperaturas, como Tolima y la Costa Caribe, donde la necesidad de bebidas refrescantes se ha disparado.
La ola de calor ha generado un cambio en los hábitos de consumo, con los colombianos buscando alivio en productos como agua embotellada, jugos, gaseosas, cervezas y otras bebidas frías. Tiendas de conveniencia y supermercados han reportado un aumento en las ventas de estos productos, lo que ha impulsado a las empresas del sector a ajustar sus estrategias de distribución y producción para satisfacer la creciente demanda.
Desafíos de la categoría de bebidas y gaseosas
A pesar de este crecimiento en la demanda, el sector de bebidas también enfrenta importantes desafíos regulatorios. Desde el 7 de julio de 2024, entró en vigor un nuevo impuesto al plástico de un solo uso, como parte de la reforma tributaria aprobada en 2022.
Esta medida busca reducir el impacto ambiental de los envases plásticos y promover el uso de materiales más sostenibles. Sin embargo, el impuesto ha generado un aumento en los costos de producción, lo que ha comenzado a repercutir en los precios al consumidor.
Productos como los jugos y las leches vegetales, que dependen en gran medida de envases plásticos, podrían experimentar un aumento de precios de hasta el 4,0% en los próximos meses.
Esto ha generado preocupación en la industria, ya que el incremento de costos podría frenar el repunte de las ventas y afectar la competitividad de las empresas nacionales frente a los productos importados.
A esta medida se suman los retos que supuso la entrada en vigor de la Ley de etiquetado frontal, a partir del 14 de junio de 2023, la cual obliga a la comida procesada y ultra procesada a incluir los sellos octagonales frontales en sus empaques.
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En el caso de las bebidas gaseosas, como señala Maria Teresa Pérez, directora de Marketing de Coca-Cola para Colombia y Venezuela, el impacto ha sido menor.
«Esta es una categoría que siempre ha sido muy transparente respecto al contenido de sus productos. El consumidor ya sabe que la Coca Cola tiene azúcar, por lo que la verdad no nos ha afectado en ventas el hecho de tener los sellos en las botellas. No hemos evidenciado caída en el consumo, es una categoría que de frente siempre se ha mostrado como es», afirma.
A la par, el consumo de agua viene creciendo a la par, sobre todo las saborizadas; así como Coca Cola Zero, una buena opción para los consumidores que tienen el azúcar como decisor a la hora de consumir bebidas gaseosas.
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