Cortesía: Portal Negocios | Grupo Bancolombia
Por primera vez en 56 años el tradicional restaurante bogotano Casa Vieja entregó sus platos de comida típica colombiana a domicilio. Era su asignatura pendiente, que venían estudiando hace rato, y cuya decisión se aceleró a raíz de la pandemia..
“No lo habíamos hecho antes porque era difícil preservar la calidad del producto, sobre todo del ajiaco. También por temas ambientales, de tener que usar varios envases para un solo plato. Por ejemplo, empacar un sancocho implica varias vasijas que serían de plástico o Icopor”, explica Nathalie Jaramillo, gerente de Casa Vieja.
Los ajustes se venían haciendo antes de que esto ocurriera, pero debieron apresurar el proceso. Así que hicieron las adaptaciones necesarias para garantizar que el ajiaco, la cazuela de fríjoles y el plato de ropa vieja llegaran a los clientes en óptimas condiciones.
Sus famosas empanadas, chorizos y bolitas de maduro las venden congeladas para preparar en casa, en bandejas de 4, 6 y 8 unidades. También eligieron algunos postres para llevar. De esta manera, de su carta de 30 opciones, ahora despachan 15.
«Mi recomendación para quienes se están afrontando a una situación como esta es pensar con calma, pero aprovechar la oportunidad y hacerlo bien. La crisis hizo que acelerpáramos el cambio. No hay marcha atrás. Como dicen: nada más permanente que lo atemporal»
“Lo de los congelados no lo habíamos considerado y es muy fácil porque los producimos para entregarlos a los tres restaurantes. Ahora nuestros clientes los pueden disfrutar en su casa en el momento que quieran”, cuenta Jaramillo.
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Mientras llegan a un acuerdo con las plataformas de entregas a domicilio, algunos de sus empleados se encargan de hacer las entregas y otros preparan los alimentos.
Según la gerente de Casa Vieja, “son 37 empleados y hay 12 que están trabajando activamente. El personal administrativo trabaja en su casa y los que vienen a producir son aquellos que pueden llegar a pie, en moto o en bicicleta, porque no queremos exponerlos al contacto con tanta gente en el transporte público.”
Jaramillo, además, cuenta: “tenemos varios empleados que llevan mucho tiempo con nosotros, que se pensionaron, pero seguían trabajando. Ellos decidieron renunciar y darles la oportunidad a otros compañeros de tener un sustento para sus casas. Esto ha sido una cadena de favores”.
La parte más difícil ha sido encontrar los empaques, uno, porque la mayoría de proveedores están cerrados, y dos, porque no hay muchas opciones que no sean tan contaminantes como el plástico o el poliestireno expandido (Icopor).
Y la forma de pago la solucionaron con el sistema de transferencias. “La mayoría tiene Bancolombia, entonces es muy fácil y nos llega directo a la cuenta. Y así tampoco tocamos los billetes como medida de prevención en estos momentos”.
Cuando una empresa experimenta cambios se hacen estudios previos e investigaciones para entender la viabilidad. Sin embargo, ante situaciones inesperadas como la pandemia, es necesario reaccionar rápidamente y confiar también en el instinto. Esa tal vez, es una de las mayores enseñanzas que les ha dejado esta situación a nuestros tres empresarios invitados.
Este es un artículo realizado por: Grupo Bancolombia – adaptado para Revista Buen Gusto
© Foto: Facebook Casa Vieja Restaurante
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